Querida Abril
Como no podía quedarse atrás en la competencia «abuelistica» y después de recibir la mesa de madera hecha por el abuelo, llego su coronación con el mantel pintado a mano por la Abuela Titi. Saco los dibujos de una ilustración antigua de tazas de te y después le agrego unos sellos antiguos como para completar la composición. Todo el mantel lo pinto con pintura para tela y lo termino con una puntilla también hecha por ella en hilo tejido. Ya lo estrenamos como se lo merecía con un te (y mate versión Argentina) de amigas y luego lo guarde para algunas ocasiones. Un mantel así es un tesoro reservado solo a eventos especiales y familiares.
Te quiero mucho, tu mamá.